domingo, 27 de abril de 2008

Marylin

Todos sabían que don Arturo tenía verdadera pasión por Marylin y que le hubiera concedido cualquier capricho, por estrafalario que fuera. Pronto llegó el primer parto de Marylin y el doctor comenzó a poner mala cara, haciendo ver a las claras que aquello no iba bien. En un momento determinado y haciéndole un aparte a don Arturo, le peguntó, si se daba el caso a quién debía salvar, si a la madre o al neonato. Don Arturo estaba a punto de contestar que por supuesto a la madre, pero en ese momento sus ojos se toparon con una implorante mirada de Marylin, por lo que le dijo al doctor que hiciera lo posible por salvar a ambos. No sin grandes esfuerzos el parto, finalmente se produjo y todos excepto Marylin que parecía dichosa por haber dado a don Arturo el hijo que siempre deseó vieron con espanto como en lugar de un potrillo nacía un centauro con la carita clavada a la de don Arturo.
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Autora: Avelina Chinchilla Rodríguez

3 comentarios:

jucaralva dijo...

Me gusta este rincón. Yo también fantaseo e, incluso, plasmo sobre papel algunas ideas cazadas al vuelo entre las ramas de la imaginación.

Avelina Chinchilla dijo...

Pues sí... Siempre me ha gustado la literatura, y en un determinado momento empecé a hacer mis pinitos. Así que ¡Vivan las musas!

Daniel dijo...

Lindo relato! Muy lindo.