domingo, 1 de noviembre de 2015

Tanta paz

Hoy es un día muy señalado. Todos lloramos la ausencia de algún ser qureido. En homenaje a todos ellos dejos este poema.


Nunca había contemplado tanta paz en su rostro
como en aquel momento en que nos dio su adiós.
Se fue silencioso, como una apacible tarde de verano
dando su bienvenida a la gris penumbra;
como una hoja al caer en otoño
mecida con dulzura por la suave brisa;
como un niño sigiloso cometiendo su travesura,
escabulléndose para no ser descubierto;
como el sueño apacible de un bebé recién comido,
feliz y satisfecho al arrullo de su madre.
Las sombras penetraron en la alcoba
con el sigilo de un ladrón de guante blanco,
como un tigre al acecho de su presa y él…
él seguía silencioso en brazos
de la negra noche de la muerte.

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